Cuando las cosas parecen ir bien, siempre llega un momento en que empiezan a ir mal. Las personas cambian, las circunstancias cambian y todo a peor. Se te van las ganas de seguir con las mismas, se te van las ganas de aparentar, simplemente solo te dan ganas de ser egoísta, porque al parecer, siendo egoísta las cosas te van mejor.
Si solo pudiera ser egoísta, podría ser feliz. Pero mi ser no me lo permite. ¿Por qué me tienen que importar tanto los demás?
Será que simplemente hay gente destinada a la infelicidad. Tendré que valerme con lo que tengo, y actuar para los demás. No tienen porque saber como estoy, tampoco les afectara demasiado si lo supieran....
Aunque la obra acaba aburriendo, ese aburrimiento es la causa de esta entrada, un momento de debilidad que seguramente lamentare...
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